martes, 30 de diciembre de 2014

Invicto vencido

Sean bienvenido a mi caos, a mi abismo. Donde la incertidumbre se hace rabia y la falta de respuestas es rutina. Los intentos de cambio caen como un paso en falso y destruyen las esperanzas por romper el marco de la penumbra. La oscuridad es mi luz, la vida mi muerte y la libertad mi condena. Sin solución ¿Cómo se rompe un futuro? Mis sueños de escapar atados a unos labios.

Juro y prometo que lo intenté. Jamás pequé de no poner de mi parte. No es cura de humildad, más bien es la hegemonía de una vida condenada a los continuos intentos de evadir el fracaso. Volví a caer. Volví a creer que se podía, que era un tiempo nuevo y una nueva mentalidad se abría ante mí. Pero no, era la misma mierda vestida de seda, trayendo el recuerdo de anteriores abismos. Que todo lo hice por ti, porque prometí que este año me mirarías desde el cielo con orgullo. Porque la honestidad y el esfuerzo no se negocian y la humildad es la daga más poderosa que me inculcasteis. La nostalgia es poesía, su figura es poesía, el dolor es poesía y la ambición de las personas nobles es poesía.

No me encontré, tampoco lo intenté. No me conozco yo, no trates de entenderme tú. Identificado con nada, sin referentes, sin patrones. Me crié en la escuela de pasa ese litro, del "chin-chin" en el barrio para que nada cambie. Y a día de hoy, mantengo con orgullo mi premisa. Veinte quince.

"Que los que callamos el dolor somos los que lo vivimos".

martes, 9 de diciembre de 2014

Beber para creer

Párteme la boca pero dime al oído la verdad. No me cuelgue sus galones, mi integridad no está en venta. Ya me cansé, perdí de nuevo el norte. No tengo que demostrar nada, ellos ya me juzgan sin pronunciarme. Me mantengo al otro lado del muro, contemplando la banalidad de sus retóricas. De cómo cambian de persona sin confiar en los demás. No me tengan estima, pues así no les defraudo. Prefiero ser quien soy, las consecuencias no las pienso asumir. No quiero cerca su hipocresía, creo en la verdad de las personas. Creer en unos labios como salida de esta celda, como punto y final a una historia oscura. Sin arrepentirme de lo que fui, no quiero volver a ser quien era. Joder, ya rompí mis cadenas para dejar a un lado mis complejos. Que no soy el mejor ni lo seré, no espero que los ojos que me miran lo hagan con bueno gusto. No quiero méritos que no he conseguido, ni siquiera premios que me atribuyan. Que no quiero vuestra vida banal y superficial, que me basta con lo que tengo. Tan joven pero tan viejo, Sabina decía la verdad. Joder, mirarles, no creen en nada y nada les afecta. Es un mundo casposo donde la realidad se disfraza con caritas bonitas escondiendo el odio.

Mamá, entiéndeme. Como quieres que lo deje si solo el alcohol me da cariño. Si vivo en un mundo paralelo, donde los hombres se hacen fuertes con principios y no levantando pesas. No soy un extraño, ojalá lo fuese. Miro más por su endereza que por la mía, por la risa de mi segunda madre antes que por disfrazar mi rabia contra los problemas. Si solo quería un paraíso platónico. De amor real y lujuria entre sábanas. Que no prometí el cielo, pues lo primero es no engañarme. Que mi meta no está en sus límites, ni mi mente en su falsa alegría. Que me valgo de pequeñas cosas, porque el infinito lo deshago con dos versos, deslizando mi dedo en tú espalda. Que no joder, que no. Que no son utopías.

De que me servirá alcanzar su cima si seguirán sin ver la pureza. Si nunca han contemplado la verdad de unos ojos por no ceder a sus prejuicios. Estira bien la venda, no veas la guadaña. Aprieta bien los dientes antes de escupir tus sentimientos. Me juzgan sin conocerme, están perdiendo el tiempo.

"Juicios en la boca, historias en la retina".