jueves, 29 de mayo de 2014

Veintena

Madre, el pequeño se hizo hombre, quién lo diría. "A todos nos toca crecer hijo" y yo no me lo creía. Dos décadas de existencia y dos estrellas que me miran desde arriba, coraje y ambición para seguir adelante contra todo. Largo camino. 

Hay una razón que no engaña a nadie, el tiempo. El tiempo cura y jode todo lo que toca, se pasa y vuelve, te da la vida y te la quita. Si miramos el reflejo de lo que fuimos sucumbimos al poder nostálgico de estos, pero a la vez queremos salir adelante, no nos queremos arrodillar ante nadie. Somos capaces de todo y de nada, de la gloria o de la ruina. Somos testigos de como los trenes no frenan en nuestra ventana, de como la autopista del destino se deshace en la mera ilusión que proyecta. Os centráis en las expectativas que todo el mundo desea, no buscáis dentro, amor propio y para los demás. Diferencia.

Si hiciese un balance de mi vigésima parte de vida os aseguro que no sería negativo. La vida es una zorra vestida de seda, dulce y amarga, que nos odia y a la que amamos. Son las ganas de salir adelante, de lograrlo todo o por lo menos intentarlo, de conformarse con nada. La cruda realidad de mirarse al espejo con rabia cada mañana y ver el cambio, la esencia permanece y los sueños caen en picado. Aquellas  tardes de críos, el tiempo era nuestro peor sicario y la felicidad se reflejaba en esos rostros. Vivir sin preocupaciones, como lo anhelo, andábamos metidos en líos pero eramos los más felices. Ignorantes del futuro que se avecinaba, que más daba, sí teníamos imaginación y para chuches la tarde adquiría sentido.

El barrio cambio y nosotros crecimos, cambiamos las chuches por alcohol y las tardes por noches de tranquilad. No se confundan, nuestras noches de viernes eran distintas. La noche consistía en cerrar el bar más lúgubre y cercano, agarrar unos cuantos litros de amarga malta y sentarnos en el banco del parque a conversar sin preocupaciones. El humo y el sabor a cerveza helada iban inundando el ambiente, las vistas desde el parque eran preciosas, el mundo estaba a nuestros pies. No teníamos nada que no fuera libertad en la cabeza. Míranos, tampoco hemos cambiado tanto.

"Ni tan agradecido ni encantado, de haberme conocido, lo confieso".

jueves, 22 de mayo de 2014

Guante Blanco

Buscando orgullo bajo un tubo con hielos, algún destello de esperanza que no se rinda fácilmente, la fe ciega en una mirada. Serenidad, tranquilidad, amor propio, la paz. Aquí las cosas se logran con méritos propios, que no nos regalen nada. Baja la mirada y observa, esa jungla de cuerdos y locos solo quiere verte caer. Hasta el más duro de esos chicos lloraría por un beso, por unos labios que ablanden su coraza.

Esta vida maravillosa e injusta no está hecha para débiles ni honrados, está vida dubitativa en la que todo gira en torno a lo material, donde lo espiritual no se ve con buenos ojos y en la que manda la insensatez y la deshonra. El odio y la rabia hierve, la bondad se esconde y los buenos corazones están en peligro, pues los capullos se aprovechan de su fragilidad. El amor está hecho para unos pocos aunque todos participen, el miedo y la cobardía se encargan de romper miradas, de hacerte olvidar la lujuria, el erotismo, de partirte la cara cuando todo estaba pactado. Que decir de la amistad, queda poco tan verdadero como ello. Con una mano los cuentas, un apoyo siempre agradecido.

Huir de lo vanal, perseguir una utopía. Apostar el doble, el triple, vida solo hay una, despierta. Lo interesante no es lo que imponen, los cánones que mortifican e impiden la felicidad de tantos con sus absurdas modas. Mira al del espejo, incúlcale ambición, un objetivo que merezca la pena por difícil que parezca. Sin trampas, valentía. Lo que no es arriesgado no se recordará, piensa por lo tuyo y por lo de los tuyos. Orgullo para tú familia, a la mujer que te dio la vida y la pareja que te hizo hombre. A los abuelos que te apoyaron cuando todo apuntaba oscuro, cuando no había luz al final del hoyo. Lealtad, recuerda, lealtad y coraje. Este mundo es demasiado hijo de puta como para tomarlo en serio.

A pesar de todo seguimos en pie

martes, 13 de mayo de 2014

Entre las cuerdas

Partirme la boca, pero decirme cara a cara la verdad. Mi conciencia está tranquila, la tormenta ya amainará. Ando en el alambre, colgando de sus ojos. Ando en el alambre, mis principios, mis valores. Tanto y tanto drama, se os ve el plumero, trato de soñar pero es otra noche más de insomnio. Una caída más, un desvelo ocasional, que se convierte en costumbre cuando mi abuela me llama y me dice que esta mal. Valiente hijo mío, valiente como tú abuelo. No lo conocí, tampoco me conozco a mí , no somos tan distintos.

Velando por su apariencia, ya perdí mi norte, no me deis un mapa, no hay dios que me soporte. Cambiando al del espejo, es difícil engañarlo, si pierdo la paciencia se hace crudo cada verso. Lo siento, yo soy lo que recibo, si explico mis carencias le quitamos gracia a nuestro juego. Apuesto caballero enséñeme las manos, a quién pretendes engañar, el mundo no está hecho para honrados. Coraje y orgullo, el cielo clama venganza, escupieron en mí cara por recriminar que sus principios los vendieron por monedas. Al final, el bueno no es tan bueno, lo entenderéis algún día cuando os sonrían y por la espalda os apuñalen. Agradecido desde crío, como me enseño mi abuela, estoy en guerra con Dios por llevarse a la gente buena. 

Conozco los finales desde el principio, siempre es el mismo juego, la reina de corazones no sabe valorar lo que tiene. Lo perderá. Escúchame padre, que lo dejo, que abandono. Que quiero ser otro en este mundo de devotos. Endereza, te lo aseguro, se valerme por mí solo, pero no me abandones padre, ayudaré con lo que tenga. La familia es lo primero, nos lo enseñaron en la escuela, la escuela de la calle entre parques y noches de malta. No se olviden de mí, mis compadres, antiguos amores. Pronto estaré de vuelta, os prometo volver a lo que fuimos, porque no a cualquier conocido se le considera amigo. Siempre lo dije, nunca me cansó, "la lealtad por encima", que quede bien claro. 
"Que se acuerde de mí, cuando le ponga otro el anillo".