lunes, 24 de marzo de 2014

Insomnio

Cuando todo te viene grande y las fuerzas te fallan, cuando piensas en tus carencias y caes a plomo. Cuando ni siquiera algunos versos consiguen apaciguar las llamas de las yemas, cuando sientes la impotencia de no actuar por instinto. 

La guerra no solo está ahí fuera, también en mi cabeza. Gracias a Dios que dije no a la violencia. Me autodestruyo sin pensar, ya lo que faltaba, aún así tengo animo de continuar, quien lo diría. Escribir hace tiempo se hizo costumbre, no moda, ojalá nunca lo sea. El drama de muchos es la alegría de otros tantos, mientras vemos como pasa otro anochecer sin hacer nada por evitarlo. La lírica de sus ojos acabará por extinguirse, yo seguiré aquí sentado, con ganas de agarrar el mundo por el cuello, pensando en el porqué de mis actos, tenue y agotado. 

Volveré al juego con las de perder, a ganar como siempre, tirar la toalla está demasiado visto. Ese amanecer y algunos versos me concederán la fuerza suficiente para escapar de mi Vietnam interno. Fieles a sus principios aguantan tempestades, los débiles del rebaño huyen y mienten como cobardes. Cuchillos a la espalda, pero la verdad a los ojos, cara a cara y firme mirada, no bajes la guardia. En este "sálvese quien pueda", pocos resistimos, van cayendo con el aire de la primavera los capullos que aún con nosotros se codean. 

Dime que no y lo dejo, me olvido, desisto. Las ojeras me persiguen y mis manías aún perduran, paciencia. 
Estoy harto de mi mismo, ni me soporto ni me importa. 

"Buscando la pureza de lo único, cuando lo único era no morir de pánico"

lunes, 17 de marzo de 2014

No aguanto

No aguanto este ágora, esta angustia, esta rabia. No me aguanto a mi mismo, mis actos, mis no actos. Ni siquiera mis ojos aguantan su sequía, mis dientes no soportan las sonrisas y mi espalda sus cargas, sus lacras.

Cambiar es la promesa, eterna, casi utópica. Viajar al hasta nunca con un recuerdo, bañarme en el mar de la dulzura y sentir su brillo inmerso en mis ojos. Brotes de esperanza en cada mirada perdida por el insomnio. Hacer una guerra a escala, mi cama como trinchera, tus piernas como salvación a esta vida rota.

Mirando atrás veo a ese niño, feliz con sus juguetes y leal como ninguno. Veo el amor en esos ojos azules y la cortesía en cada gesto. Escucho sus quejas como peticiones de súplica, el sabía lo que iba a pasar. Luchando por el hoy, el hoy que se perdió. Luchando por un sueño, sueño que se cumplió.

Caer en los mismos estereotipos, caer en vuestros mismos fallos. No aprendéis. Quejaros de nuevo en lo que os hizo,  pensar que cambiará, la sociedad no es sitio para nobles. No déis oportunidad a lo distinto, a lo que no gusta entre la masa. Guiaros por lo que os tienen vendido, lo bueno, lo superficial. Vais a caer de nuevo.

Escribir desahogos como Dante, amor como Garcilaso o una revolución como el Che. Poesía como Sabina o esperpento como Valle-Inclán. Escribas de culto o realidad como Bukowski, hablar de lo que nadie quiere oír, nadie quiere sentir. 

Hablar palabras vacías como el resto, yo me bajo. No aguanto. 

"Buscando la pureza de lo único".

miércoles, 12 de marzo de 2014

Apaga, es tarde

Queda menos, es tarde, todo acaba, se acerca y huye. Combatiendo contra viento y marea y aún así tengo ganas de sentarme a escribir. No sé el por qué, ni falta que hace, pero si me lo pides caigo, es así. 

Los días pasan y pasan, anochece cada vez más tarde y el sol ilumina la risas de los niños alegres. El amanecer ya no es el que era y sus buenos días no me llegan, las ojeras me delatan y mi santa madre no sabe como decirme que duerma en condiciones. Si tú supieses madre. 

Sigo perdiendo el norte con cada trago, sigo buscando tú recuerdo en el fondo de la botella, dime cuál es tú estrella para buscarte. La vida se consume y ya rondo la veintena, con la barba rasposa y mi mala fama, como siempre me gustó estar. El molde al que todos acuden lo deje atrás hace tiempo, que se peleen ellos por una vida normal y rutinaria, no merece la pena. Vivir el día a día es complicado, siempre buscamos el futuro prometedor que nos vendieron y recordamos el pasado de mierda que vivimos. Aún seguimos en la línea equivocada. El sol primaveral ya asoma en la ventana y los versos de Neruda reflotan por mi cuarto, tabaco y malta en las heridas, ardo.

Y que más te voy a contar, todo sigue igual de distinto y a la vez cambia para igual.
Salir del bucle.

Mírame, mis ojos son rabia.

"Me he ganado lo que tengo, me he ganado lo que no tengo".