jueves, 6 de noviembre de 2014

Éxodo

Lo tengo superado pero, camarero, el próximo sin hielo. Acerca la botella y vete, no quiero estar con nadie, la gente apesta. La humanidad deshumaniza, que tópico. Faltan personas libres, almas puras y conciencias tranquilas. No solo el oro brilla, es más, no merece la pena. Perdí la esperanza tan joven y tan viejo de espíritu, sus cábalas deambulaban por laberintos con salida de emergencia. Hacen falta méritos.

Humildad, esfuerzo y constancia hasta la grandeza, no suena tan utópico. Son noches de poesía bajo el flexo, de malta y de ceniza. Son días rutinarios sin una vía de escape. Tus sueños en un frasco, la nostalgia en mi llavero, la virtud de disfrutar la soledad, de conocerse y odiarse a uno mismo. "Pero si todo está en la calle, yo solo pongo la antena. Tú piensa por ti mismo, no te creas esas películas. Está todo hecho y todo por hacer". Perdido en noches de vigilia, en los textos de algún poeta maldito y en el recuerdo de aquél niño de 12 años que soñaba con ser alguien. El ruido de la calle, una litrona y manos frías. La soledad del ser atado por el yugo. Estigmas en mi piel, otros hundiéndose en la droga. Tantas musas recurrentes para una prosa tan forzada. 

"Pero bueno, ¿tú te crees que has descubierto América?, todo eso de las rayas, el sexo, si todo eso está inventado joder, entre todos sabemos más, miramos más lejos, nos apoyamos unos en otros. Hay que cuestionarse la realidad, desobedecer al sistema, es que cada generación tiene que reinventarse al mundo, hacerlo suyo."


Nunca fui de los mejores, no encajó en sus cánones.





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